La ‘Regla del 3 y el 10’: Entendiendo y Enfrentando los Desafíos del Crecimiento Empresarial

Hiroshi Mikitani, fundador de Rakuten, el mayor minorista de comercio electrónico en Japón, ha establecido una regla que ilustra de manera clara los retos inherentes al crecimiento empresarial: la «Regla del 3 y el 10». Esta premisa se fundamenta en una observación esencial: cada vez que una empresa triplica su tamaño, se enfrenta a rupturas inevitables en sus procesos, sistemas y estructuras organizativas.

En términos concretos, la dinámica de crecimiento implica que todo comienza a desmoronarse al pasar de un empleado a tres. Este fenómeno se repite al alcanzar los diez empleados, y posteriormente a los treinta, cien, trescientos, y así sucesivamente. Cada uno de estos saltos en el tamaño de la organización introduce una complejidad creciente, a menudo haciendo que las estrategias y la cultura que resultaban efectivas en una etapa anterior dejen de serlo.

Pero, ¿qué implica realmente que «todo se rompe»? A medida que el equipo crece, la comunicación se complica, los procesos que antes fluían naturalmente se vuelven ineficientes y la gestión se formaliza. Lo que solía ser una visión compartida, casi intuitiva, debe ser documentada y estandarizada para garantizar su comprensión y ejecución por parte de todos los miembros del equipo. En este sentido, la estrategia que alguna vez fue un sueño colectivo se transforma, por necesidad, en un conjunto de normas y procedimientos.

La "Regla del 3 y el 10" aborda retos del crecimiento empresarial.

La Evolución de la Estrategia a Través del Crecimiento

En las etapas iniciales, la estrategia de una startup puede ser simplemente una visión que reside en la mente de sus fundadores. Es una idea apasionante que une a un pequeño grupo de personas comprometidas con cambiar el mundo. Sin embargo, a medida que la empresa se expande, es imperativo que esa estrategia sea articulada, desglosada y comunicada de manera clara para que todos los empleados comprendan cómo su trabajo contribuye al objetivo común.

Cuando una organización transita de contar con unas pocas decenas de empleados a cientos o miles, la conexión emocional con la visión original a menudo se diluye. Esto no ocurre porque la visión pierda su relevancia, sino porque resulta mucho más difícil que un gran número de empleados, distribuidos en diversas oficinas e incluso en diferentes países, mantengan el mismo nivel de identificación con la misión que tenían los primeros fundadores. Este fenómeno representa uno de los mayores desafíos del crecimiento: mantener viva la pasión, al tiempo que se establece un sistema operativo robusto que permita un funcionamiento eficiente de la empresa.

De la Inspiración a la Estandarización

Cuando Mikitani se refiere a que «todo se rompe» al alcanzar ciertos hitos, también está subrayando la necesidad de evolucionar el liderazgo y la gestión empresarial. Para superar estas fases de ruptura, las empresas requieren, por un lado, visiones y propósitos inspiradores que den sentido al trabajo de cada empleado, y por otro, procedimientos claros, indicadores de rendimiento (KPI) y un conjunto de normas que guíen las operaciones diarias. De no ser así, las ideas pueden perderse en la operativa y las buenas intenciones pueden desvanecerse en la ineficiencia.

El crecimiento de una empresa sin la adaptación adecuada de sus sistemas y estrategia al nuevo tamaño conlleva el riesgo de colapsar ante la complejidad que genera su propia expansión. Por lo tanto, es crucial que cada fase de crecimiento venga acompañada de una evaluación de los sistemas internos: ¿Fluye adecuadamente la comunicación? ¿Están definidos claramente los roles y responsabilidades? ¿Están los procesos alineados con los objetivos de la empresa? La adaptación de estos sistemas permite que las empresas continúen creciendo sin que la complejidad se convierta en un obstáculo.

Cómo Aplicar la «Regla del 3 y el 10»

La «Regla del 3 y el 10» sirve como un recordatorio de que el crecimiento implica rupturas y que estas deben interpretarse no como fracasos, sino como oportunidades para fortalecer la estructura y redefinir la estrategia. Para los líderes empresariales, esto implica estar atentos a los signos de una estructura que comienza a fallar y estar dispuestos a implementar cambios, a menudo impopulares, que permitan a la organización seguir avanzando.

Algunas recomendaciones para aplicar esta regla de manera efectiva incluyen:

  • Mantener la Flexibilidad: En las etapas iniciales, es fundamental conservar estructuras ligeras y flexibles que faciliten la rápida adaptación de la empresa.
  • Documentar y Formalizar: A medida que el equipo crece, es necesario transitar de la informalidad a la formalización, asegurando que todos comprendan los procesos establecidos.
  • Escuchar y Evaluar: Cada etapa de crecimiento debe ser sometida a evaluación, identificando los procesos que necesitan ajustes y aquellos que deben escalarse.
  • Conservar la Cultura: A pesar de los cambios estructurales, es esencial preservar la esencia que hizo que la empresa resultara atractiva para sus primeros empleados.

En resumen, la «Regla del 3 y el 10» se presenta como una herramienta valiosa para entender los retos del crecimiento empresarial. Nos recuerda que crecer no se limita a aumentar el número de empleados o los ingresos, sino que implica adaptar constantemente nuestras formas de trabajar, liderar y soñar, para que la empresa continúe avanzando con éxito hacia el futuro.

¿Te has enfrentado a alguna de estas rupturas en tu empresa? ¿Cómo las has superado?


Te invitamos a contactar con CASTRO-NARANJO INFANTE. Nuestro equipo de expertos está preparado para brindarte la asistencia necesaria y resolver cualquier duda que puedas tener. Puedes comunicarte con nosotros a través de nuestro formulario de contacto o llamando al 954869082.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *